Como Vicaría para la Educación de Santiago renovamos nuestra disposición para acompañar a niños, niñas y jóvenes, educadores, familias, asistentes de la educación, en esta misión educativa, aprendiendo juntos, cuidándonos entre todos y animándonos en la fe. Con gratitud, dice el Padre Andrés Moro, Vicario para la Educación, en este inicio de año escolar y académico 2022. 

Los desafíos, preocupaciones que se vislumbran desde la Vicaría han llevado a una reflexión profunda que se traduce en seis orientaciones para acompañar el caminar de todas las personas del mundo de la educación católica en la Arquidiócesis de Santiago

Orientaciones: 

* Apoyar la atención de la salud mental y estado psico-emocional de estudiantes y educadores en general, en sintonía con la necesidad de recuperar los aprendizajes que se han visto afectados por la pandemia. “Es una prioridad que se agudiza al inicio del año por la expectativa que implica la vuelta a la presencialidad junto con la necesidad de recuperar paulatinamente los aprendizajes”, señala la Vicaría en su documento. Por ello, el llamado es cuidar el equilibrio entre salud integral y activación de los procesos educativos, con profesionalismo, creatividad, colaboración y capacidad de entrega. 

* Propiciar la participación de las comunidades educativas en los procesos sinodales de la iglesia, favoreciendo un mayor desarrollo de la identidad y comunión eclesial. No se trata de imprimir nuevos desafíos a las ya cargadas agendas educativas, dice el documento, “sino de leer con gratitud y perspectiva sinodal lo que ya estamos haciendo, reconociendo en cada realidad educativa un territorio misionero por excelencia”. 

* Promover la pastoral como factor clave de los procesos educativos en todas sus etapas. La pastoral se trata de un ámbito especial de nuestra identidad a partir del cual ofrecemos una educación integral, articulando saberes y experiencias desde la fe y de la vida. 

* Dar pasos de consolidación de la nueva Erec, respecto del cambio de mentalidad que esta supone en cuanto a su impronta curricular y confesional.La propuesta es seguir potenciando la enseñanza religiosa escolar católica, cuya nueva versión (2020) aún implica gestionar el tránsito hacia la compresión de una propuesta desde la antropología cristiana, y que es a la vez curricular y didáctica, más acorde con los tiempos actuales. 

* Hacer seguimiento a la gobernanza educativa del país y su posible impacto en las instituciones de educación católica. Esto implica la atención al acontecer del sistema educativo, “en cuyo escenario nos situamos desde una colaboración responsable y crítica” se lee en el documento.En este sentido, sostiene la Vicaría, “la apuesta que hacemos se orienta a potenciar el valor que tiene la diversidad de proyectos educativos para responder a la heterogeneidad de la población, la libertad de las familias para elegir entre estos de acuerdo con sus creencias y expectativas, junto con el compromiso de las instituciones educativas con los valores democráticos como punto de encuentro”. 

* Fortalecimiento de la identidad católica de la educación. En este sentido, la Vicaría para este año la invitación a realizar un acercamiento de progresiva profundización sobre el Modelo de Escuela Católica, una propuesta de orientaciones que brindan algunas pistas o coordenadas para vivir la catolicidad educativa en estos momentos complejos. 

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Fuente: Vicaría para la Educación Arzobispado de Santiago.