Muy felices y dispuestos a un mayor compromiso con la evangelización de los jóvenes, regresaron los trece alumnos del Liceo Domingo Cañas, establecimiento perteneciente a la Fundación Educacional Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, luego de participar en la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada del 22 al 28 de julio pasado en la ciudad de Rio de Janeiro, Brasil. Sus familiares y compañeros los recibieron con mucho cariño y con los deseos de compartir en detalle la experiencia vivida.

El grupo estuvo formado por Javiera Sánchez, Constanza Órdenes, Anais Paredes, Fernanda Tejos, Camila Matus, Amara Cerda, Geraldine Ávila, Valentina Fuentes, Macarena de la Parra, Javiera Latin, Alanias Villarroel, Bastián Lizana y Benjamín Jara. Todos de enseñanza media. A ellos se sumaron la Hna. Rosa Carrasco, religiosa encargada de Pastoral del colegio; Purísima Orellana, apoderada; y la ex alumna Yeshel de la Fuente.

Preparación espiritual

Valentina Fuentes destaca, como un hecho altamente positivo, la preparación espiritual que tuvieron antes de viajar. “En los retiros y jornadas que tuvimos en los meses anteriores, yo tomé conciencia a lo que íbamos, a un encuentro con Jesús. Por eso pudimos vivir con mucha intensidad y fe las catequesis que tuvimos en Rio de Janeiro y los encuentros con el Papa: misa de inicio, vía crucis, vigilia y misa de envío”.

Bastián Lizana, por su parte, se manifiesta muy agradecido por el recibimiento brindado por el pueblo brasileño, especialmente por quienes los acogieron en sus hogares. “Nos alojamos en casa de una familia, un matrimonio con dos hijos. Me sentí como en mi propia casa. Fueron muy generosos y acogedores. También fuimos muy bien acogidos por la comunidad de la parroquia Santa Rosa de Lima, de Rio de Janeiro, donde participamos de las catequesis y actividades culturales. Tenemos hermosos recuerdos del tiempo compartido con los jóvenes de otros países”.

Geraldine Ávila, en tanto, sostiene que tanto las catequesis a las que asistieron como las palabras del Papa calaron hondo en ella. “Fue hermoso sentirnos unidos en la fe con tantos jóvenes de otros países. No hablábamos el mismo idioma, pero nos sentíamos unidos en la fe. Fue algo hermoso e inolvidable”.
Javiera Sánchez no deja de recordar el momento en que vio por primera vez al Papa Francisco. Estuvo esperando en la calle desde las diez de la mañana y hasta las cinco y media de la tarde. “No importó la larga espera, más de siete horas. Cuando pasó el Papa frente a nosotros, la emoción y la alegría era enorme. Es un pastor tan cercano y humano. Fue algo impresionante y difícil de describir”.

Ser protagonistas de la historia

Para Fernanda Tejos, lo más importante fue escuchar al Santo Padre. “Sus palabras fueron desafiantes. Nos llamó a ser protagonistas de la historia, de nuestra sociedad. Los jóvenes no deben esperar sentados en el balcón”, nos dijo.

Al respecto, Macarena acota que el mensaje que más le impactó del Papa fue el llamado que hizo a los jóvenes a ser agentes de cambios. “Eso me llegó muy profundamente. Ser católico es ser protagonista de la historia, es no quedarse en la casa, es salir a evangelizar. La palabras del Papa Francisco me reafirmaron en la fe”. Lo mismo señala Bastián. “La Jornada Mundial de la Juventud terminó, ahora empieza nuestra misión, la de compartir esta experiencia con nuestros compañeros y con otros jóvenes”.

La Hna. Rosa Carrasco agrega que el desafío que tienen ahora estos jóvenes es “salir del colegio, haciéndose cargo de la Pastoral Juvenil, para llevar la Buena Nueva del Evangelio a otros jóvenes. La misión comienza y para que dé buenos frutos depende ahora de estos jóvenes”.

Por último Valentina Fuentes afirma que el haber participado de esta Jornada Mundial de la Juventud fue un regalo hermoso, una bendición. “Me marcó para el resto de mi vida. En mi corazón quedaron grabados los momentos vividos en el Vía Crucis, en la Vigilia y la Misa de envío. Tengo muy presente los desafíos que nos planteó el Papa: la oración, prepararnos para los sacramentos y servir a los demás”.

Ahora los jóvenes deberán pagar los más de cinco millones que recibieron como préstamo para poder viajar a Brasil. “Ya hemos reunido algo con la venta de empanadas, completos, rifas, y seguiremos juntando el dinero. Lo haremos con alegría y tenemos mucha fe que lo lograremos porque lo que vivimos es inolvidable, y resulta impagable”, afirman.

Una voluntaria

Hely Celedón, secretaria del Liceo José Domingo Cañas, vivió la Jornada Mundial de la Juventud desde una perspectiva distinta. Formó parte del equipo de voluntarios que estuvieron a cargo de la atención a los peregrinos. En total fueron unos diez mil jóvenes seleccionados de todo el mundo, de ellos 150 eran chilenos. De la parroquia Nuestra Señora de las América, de Conchalí, Hely se siente orgullosa de haber cumplido con esta misión. “Ser voluntaria es algo que no soñaba, cuando me informaron que había quedado seleccionada fue una emoción muy grande. No tuve mucho tiempo para conocer Río, pero eso no me importó. Escuchar las exhortaciones del Papa Francisco me marcó profundamente. Eso es lo que más me llegó junto con el contacto con miles de jóvenes de los más diversos países. Estoy feliz de esta experiencia y dispuesta a comprometerme para que otros jóvenes puedan acercarse a la persona de Jesús”.

Comunicaciones SECST